Medio ambiente, ahorro y competitividad en el transporte de cargas

17 / 04 / 2013

La empresa moderna de transporte de cargas puede optimizar sus costos y mejorar la competitividad mejorando su desempeño ambiental.


Medio ambiente, ahorro y competitividad en el transporte de cargas

 Es sabido que un mercado tan competitivo como el del transporte de cargas, requiere que las empresas optimicen sus costos operativos para mantener la rentabilidad. La manera tradicional de reducir costos a partir de la reducción de personal o del envejecimiento de la flota trae como consecuencias negativas en el mediano plazo un deterioro en la calidad del servicio y por ende, una disminución de los despachos, con lo cual se inicia un círculo vicioso que termina en el colapso financiero de las empresas.

Pero hay nuevas maneras de optimizar los recursos disponibles, y una de ellas es la mejora del desempeño ambiental dentro de la empresa. Las principales estrategias son la innovación tecnológica en la flota, la innovación en las naves donde se lleva adelante la logística de cargas, y el trabajo con el personal “sensible” de la empresa.

Dentro de la primera alternativa, tenemos el empleo de combustibles alternativos, el mejoramiento de motores para disminuir el consumo de combustible, el reemplazo de aditamentos que consumen combustible por otros que utilizan otras formas de energía (tales como cabinas calefaccionadas o refrigeradas por medio de corriente eléctrica o energía solar), el uso de materiales livianos y resistentes en los equipos y tractores que llevan a una mayor capacidad de carga (particularmente aquellos de aluminio como llantas y equipos) y todos aquellos implementos que provocan un mejor rodaje, como los elementos que mejoran la aerodinamia o aquellos que permiten un rodaje con menos fricción, tal como los neumáticos superanchos.

Respecto a la segunda opción, las posibilidades son múltiples, desde el empleo de sistemas de refrigeración basados en agua en reemplazo de los equipos tradicionales, hasta la climatización de las estructuras con sistemas ecológicos como muros y techos verdes, sistemas de ventilación natural frio/calor, calefacción solar pasiva y otros.

Y finalmente, en la tercera alternativa tenemos el trabajo con choferes a través de incentivos, el manejo “ecológico”, los sistemas computarizados colocados dentro de los equipos que permiten controlar variables como el ralentí, las frenadas y aceleraciones, la velocidad crucero y otras.

Dependiendo de la edad promedio de la flota, las posibilidades de colocar elementos de innovación tecnológica, el área de recursos humanos y las inversiones, entre otros factores, existe un máximo teórico de ahorro calculado en un 15-17 % del combustible consumido, meta que puede alcanzarse al cabo de 3 a 5 años de trabajo. Esto no solo es una considerable cantidad de dinero que permite mejorar la competitividad a la hora de presupuestar un servicio de transporte de carga, sino que además ofrece ventajas medioambientales, mejora la reputación de la empresa, y además colabora en reducir la dependencia del abastecimiento, al prolongar el tiempo de rodaje con una misma cantidad de combustible, lo que al momento de enfrentar desabastecimientos se torna vital para mantener la empresa en movimiento.

De las tres alternativas presentadas, la innovación tecnológica es la que mayor porcentaje de ahorro ofrece, aunque las inversiones suelen ser mayores que en las alternativas restantes. Respecto de la mejora en las plantas logísticas o áreas de consolidación/desconsolidación de cargas, el porcentaje es menor frente a las inversiones a realizar, y las mismas se recuperan en un tiempo mayor que en la primera. Por último, el trabajo con el personal será siempre la opción con mayor costo-eficiencia, ya que por pequeñas inversiones orientadas principalmente a incentivos económicos, se logran ahorros del orden del 3-5 % en el consumo de combustible, que para una empresa mediana podría significar una considerable suma de dinero.

 

¿Cómo comenzamos?

En mi opinión, es necesario disponer de un buen diagnóstico inicial, lo que podríamos llamar una auditoría ambiental inicial o una evaluación ambiental de sitio, las cuales pueden realizarse en poco tiempo y bajo el amparo de normas técnicas de amplio uso y compatibles con la implementación de sistemas de gestión ambiental (ISO 14001 o similares).

Luego de analizar la situación de la empresa, es posible identificar los “puntos calientes” donde hay que enfocar los esfuerzos para incrementar el ahorro. Esta etapa debe planificarse con cuidado, estableciendo una curva de inversiones y metas de ahorro para evaluar si el plan cumple con las expectativas, o si por el contrario es necesario redefinir las metas iniciales.

 

Una reflexión final

La mejora en el desempeño ambiental a través de la disminución en el consumo de energías fósiles y de otras fuentes es una tarea cotidiana, particularmente en el trabajo con los conductores, mecánicos y otras áreas claves del transporte de cargas. Dentro de la gestión ambiental integral de una empresa, el trabajo específico en procura del ahorro en el consumo de combustible usualmente es la que más interesa al propietario de la empresa, y puede ser una buena manera de ingresar al mundo de la ecología, donde no solamente un comportamiento ambiental responsable contribuye al cuidado del planeta, sino que además provoca importantes ahorros en las empresas.

Mi recomendación es que las empresas sin demora acudan a especialistas en la gestión ambiental y definan metas de trabajo compatibles con las necesidades propias de cada firma, establezcan un plan de trabajo y midan su avance mensual o trimestralmente, a fin de corregir cualquier posible desviación del objetivo inicial. Con esto no hay duda que al finalizar el periodo habrán mejorado su competitividad a partir del ahorro y la mejora en la reputación empresaria.

 

Lic. Eduardo Sosa

esosa@eco-eficiencia.com.ar 

Consultoría en Eco-eficiencia


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